Tanto si piensas que puedes como si piensas que no puedes es verdad
Estás buscando tener una mejor relación con tú pareja, tus hijos o tus padres, pero consideras que es imperdonable lo que hicieron.
La búsqueda del bienestar, la felicidad han abocada a personas en todos los tiempos en todo el mundo a encontrarlo en diferentes experiencias.
Las personas suelen recurrir a mí y la primer pregunta que me hacen es “¿me puedes ayudar a mejorar la relaciones y tener más tranquilidad, sentir más amor y bienestar….?”
La respuesta es un SI, claro que puedo ayudarte pero…..
Hay algo que también es importante considerar, que tan cierto es que lo que dices querer es realmente lo que quieres ¿estás dispuesto a hacer lo que es necesario hacer para que alcances lo que me pides?
Días pasados recibí dos mensajes de personas diferentes y quiero compartirlos contigo para que puedas por ti mismo evaluar si eres una de las personas a quien puedo ayudar.
Uno de estos mensajes dice:
“Las sesiones en verdad no me sirven, no hablamos el mismo idioma, siento que mi problema es serio, no como el de otros clientes tuyos, en mi caso no va servir porque mi experiencia no se puede superar, no hay forma de superar algo como lo que yo viví”
Anónimo
El otro mensaje dice:
“Estoy agradecida porque pude perdonar a mi papá en vida y esa vez que terminamos la terapia y me dijiste si fuera la última vez que lo verías que le dirías y esta vez que me tocó despedirme para siempre de él en verdad me salieron las mismas palabras, tengo paz y tranquilidad en mi corazón”
anónimo
Ambas personas vivieron situaciones parecidas, su cuerpo expresa señales y síntomas por las experiencias vividas con sus padres desde la infancia, el dolor, la decepción y las cargas emocionales estaban condicionando y limitando sus vidas, motivo que les trajo a consulta.
Ambas personas expresaban los mismo objetivos que perseguían y eran conscientes de que si no hacían algo los días se hacían cada vez más difíciles.
Mientras avanzamos en el proceso uno avanzaba, el otro decidió abandonar y ambas posturas son respetables y está bien, porque todo tiene un precio y si no estamos dispuestos a pagar el precio por lo que queremos no podemos tenerlo en nuestras vidas.
Sanar una experiencia o sanar una herida implica tocar la herida, cambiar la percepción, cuestionar las creencias, las fantasías, las expectativas que nos creamos sobre alguien o sobre algo, significa dejar de tener razón, desafía el ego, significa hacerse más humano, más humilde, despojarse del orgullo y eso no siempre es agradable, eso nos confronta con nuestras
debilidades, que por cierto tratamos de esconder, de no tener y en fin es eso que fingimos ser lo que hace no amarnos y no poder amar al prójimo.
No hablaba el mismo lenguaje como decía el mensaje porque no reafirmaba su postura, no confirmaba que su padre es un xxxx para sostener su rol, ya tiene la creencia de que no es superable, que no se puede sentir diferente de cómo se siente, para cambiar es necesario cambiar la percepción, cambiar desde ese dialogo interno que dice “me hizo” o “me hace”, porque las personas no te hacen cosas, las personas hacen cosas y tú las interpretas y juzgas por tu escala de valores, lo que para alguien es positivo para la otra persona es negativo.
No pasa nada si aún no puedes hacer el paso para sanar, nada pasa antes de tiempo, todo llega en el momento justo, pero tú decides.
Cada uno es responsable de sí mismo, somos lo que decidimos como personas adultas, responsable de nuestras emociones, pensamientos, actitudes y decisiones, lo único que se interpone son las percepciones sesgadas y con esto no minimizo tu dolor, es cierto, estoy completamente de acuerdo, pero hay más, hay una parte que no podemos ver porque no aprendimos a verla.
El dolor es inevitable pero el sufrimiento es elección, aunque no lo hacemos conscientemente es esta la resistencia que debe ser superada, lo que puede parecer desafiante en algunos procesos.
Si eres de las personas que busca identificarse con el segundo mensaje, eres de las personas que está lista para desafiar las resistencias, para soltar y sanar, si crees que si puedes, si es eso lo que realmente quieres, empecemos ya.
No se trata del otro, se trata de ti
No se trata de lo que hace, se trata del significado que le das
No se trata de lo que la vida da, se trata de la actitud ante la vida
Y la única experiencia que no se puede perdonar es la que tú no quieras sanar
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